La radiología simple o convencional es una radiológica que permite obtener imágenes del interior del cuerpo con diferentes tonos de blanco y negro.
Los rayos X son absorbidos en diferente cantidad por los diferentes tejidos. El calcio absorbe la mayor parte de la radiación y es por eso que en la radiología convencional vemos los huesos con un blanco más intenso. El resto de tejidos, al tener menos absorción se ven en color gris.
La aplicación más común de la radiología simple es la observación de los huesos ya que las fracturas y otras lesiones se pueden detectar con mucha facilidad. Aunque se utiliza para otras patologías, como la detección de neumonía con RX de Tórax.
La radiación que recibe el paciente en el momento de hacer una radiografía es, hoy en día, muy baja ya que equivaldría a la dosis de radiación a la que nos exponemos al ambiente en un periodo de 10 días.